Premiado en la cuarta edición del certamen Siembra de Libros
Era una de esas tardes nubladas que parecen una forma atenuada de la noche. Nos habíamos visto un puñado de veces y siempre terminábamos hablando de temas esotéricos. Me burlé de sus comentarios sobre la posibilidad de hablar con los muertos. “El universo es indiferente a nuestros prejuicios”, me dijo. Y desapareció.
Muy bueno!
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