Estuvo horas buscando entre las cosas de su padre, revisando bolsillos, cajas, estanterías, hasta que finalmente encontró la llave del cajón del escritorio. Estaba solo en la casa y pensó que era el momento oportuno para develar el viejo misterio de ese cajón, siempre cuidadosamente cerrado, como si resguardara la verdadera identidad de su padre.
Mientras buscaba la llave, no dejó de pensar ni un segundo en lo que encontraría: un amor clandestino, un pasado inconfesable, documentos que atestiguaran vidas paralelas o múltiples estafas.
Pero el cajón estaba minuciosamente vacío. Ese mismo día, hizo una copia de la llave y la dejó otra vez en su lugar. Volvió a revisar el cajón en varias oportunidades. Siempre estaba con llave, siempre vacío. Tardó bastante tiempo en resignarse y comprender la verdadera gravedad del gran secreto oculto bajo llave: su padre era exactamente quien decía ser.
Excelente cuento. Muy bien resuelto.
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👏👏👏👏👏👏
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