La puerta del refrigerador



Mientras el refrigerador está cerrado, me imagino las infinitas cosas que podría haber adentro. El aparato encierra un vasto repertorio de mundos posibles, una serie interminable de manjares alternativos. Cierro los ojos y veo toda clase de frutos exóticos, deliciosos postres y alimentos de todos los rincones del planeta.

     Cuando abro el refrigerador, estos mundos posibles se disipan como niebla y no veo más que mostaza, dos tomates, una naranja y un frasco de mermelada. Queda claro que, salvo en casos de extrema necesidad, conviene que algunas puertas permanezcan cerradas.



Imagen tomada de Unsplash



Publicado por Tercer Cajón - Franco Puricelli

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13 comentarios sobre “La puerta del refrigerador

  1. Me sobra la mermelada, pero me aventuraría a crear algo con el resto.
    Sí, es cierto que imaginar lo que se encierra en algún lugar abre el apetito, nos seduce más algo insinuado que ver la totalidad por bella que sea. Porque no me negarás que el interior de un frigorífico no es hermoso.
    Beso 🎈

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  2. Siempre puedes abrir la puerta y seguir viendo esos manjares y después tomarlos con manos delicadas y preparar una buena comida imaginaria. Lo malo es que tarde o temprano la imaginación no nos llena el estómago. Olvídalo, ve al supermercado, urge… Saludos (me encantó tu relato).

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