Existe la idea de que ser libre es tener los medios materiales para hacer lo que uno quiere. Según esta lógica, mientras más recursos y riquezas tengamos, más libres seremos. El pobre no puede elegir entre comprar A, B o C. Compra lo que puede o incluso no compra nada. El rico puede elegir o incluso puede comprar todo. Por lo tanto, el rico es libre y el pobre no.
Sin embargo, existe también un concepto opuesto de libertad, según el cual la riqueza nos esclaviza y la pobreza nos libera. Nos encontramos con este concepto tanto en la tradición socrática como en la cristiana. Sócrates va al mercado y se alegra al ver todas las cosas que no necesita. Se admira de su propio desapego, experimenta cierto poder en ello. También el cristiano se reconforta en su capacidad de tomar distancia de las cosas mundanas.
Ser rico es estar sumergido en el mundo. La libertad, por el contrario, consiste en la capacidad de decirle que no al mundo. Evidentemente, la pobreza material no suele ser consecuencia del desapego. El pobre quisiera ser rico. Por eso, el modelo de libertad es el asceta, una especie de pobre por elección, un pobre espiritualizado y consciente.
¿Cuál es el verdadero libre? ¿El rico, el pobre, el asceta? ¿El intelectual que reflexiona sobre todas estas cosas? ¿Quién es el que verdaderamente ha superado la esclavitud, quién es el verdadero amo y señor de sí mismo? No es fácil responder a estas preguntas y tal vez no tenga sentido siquiera intentarlo. Una palabra que parece tan clara y poco problemática admite en realidad significados distintos e incluso opuestos. Esta dificultad debería servirnos como punto de partida y como advertencia, sobre todo si tenemos en cuenta que éstos no son los únicos conceptos posibles.
Imagen tomada de Unsplash
Pues según algunos la libertad es nuestra capacidad de controlar nuestros apetitos para poder seguir la trayectoria que elegimos sin que estos nos controlen.
Un gusto leerte.
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Gracias por tu comentario!
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En mi humilde opinión, la verdadera libertad no se halla en una ideología concreta y mucho menos en un preciso estatus social, se encuentra en nuestro propio mundo interior y muy alejado de lo material. Ciertamente, para la pobreza resulta ser necesario el mundo material. Siempre reflexiono sobre esta pregunta: ¿Cuál es el precio que hay que pagar por la libertad?
Muy interesante post. Gracias por compartir.
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Hay mucho para reflexionar, gracias por tu comentario!
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👏👏👏
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Las cosas nos poseen, nos esclavizan. «No es más libre el que más tiene si no el que menos necesita». La libertad, desde mi punto de vista, no tiene nada que ver con la riqueza no con la posesión. Muy interesante tu reflexión.
Un saludo.
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Me alegra que te haya parecido interesante, saludos y gracias por tu comentario!
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Muy interesante reflexión.
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Gracias, saludos!
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Muy buena reflexión, tal vez la verdadera libertad es estar tranquilo consigo mismo y el entorno, hacer aquello que edifica y hace bien a los demás (seres vivos)
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Así es Christian, gracias por el comentario!
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Me parece que es rico quien sabe lo que desea y especialmente lo que no. Excelente escrito.
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Así es, buen punto! Me alegra recibir su visita y comentario.
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Me gustó como lo planteaste. Es un tema interesante y controversial, en el que hay mucha tela donde cortar.
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Así es, muchas gracias por tu comentario!
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